El Mar de Cortés es un mar tranquilo, en contraste con el Océano Pacífico. Aquí no hay olas gigantes ni corrientes peligrosas. Nadadores de todas las edades pueden disfrutar del agua durante todo el año. Las playas son amplias, extendiéndose kilómetros hacia el norte y sur, con innumerables calas que interrumpen largos tramos de arena. Cuando el agua está cálida, puedes pasar horas nadando, haciendo esnórquel, explorando la playa o relajándote con un buen libro. Es un paseo sencillo bajando nuestros escalones para comenzar tu aventura en la playa. Hacia el norte encontrarás calas privadas con piedras negras lisas, perfectas para crear tu propio masaje con piedras calientes. Hacia el sur encontrarás los botes de buceo y esnórquel que salen desde la playa y, más allá, kilómetros de arena blanca y una bahía tan tranquila como una bañera.